Sitios turísticos vs no turísticos

Marruecos es un país de contrastes y de una riqueza cultural y natural que enamora. Sin embargo, el modo en que decides explorarlo puede marcar una gran diferencia en lo que experimentas. Aunque las rutas turísticas ofrecen comodidad y acceso a lugares emblemáticos, estas suelen estar plagadas de multitudes, ruido y una cierta pérdida de autenticidad que puede alejarte de la verdadera esencia del país.

Viajar fuera de las rutas convencionales no solo te permite disfrutar de Marruecos de una forma más genuina, sino también descubrir rincones ocultos y tradiciones vivas que permanecen intactas, lejos de la masificación. A continuación, exploramos cómo esta forma de viajar puede transformar por completo tu experiencia.

Uno de los destinos más visitados en Marruecos son las dunas de Erg Chebbi, cerca de Merzouga. Aunque su belleza es innegable, la masificación ha cambiado por completo la experiencia de estar en el desierto. Lo que debería ser un lugar de silencio y reflexión está ahora repleto de quads, motos y 4×4 que rugen a todas horas, llenando el aire de ruido y polvo.

Las dunas están abarrotadas de turistas, y por la noche, las luces de los campamentos iluminan el horizonte como si se tratara de una pequeña ciudad. Este paisaje lleno de actividad puede ser emocionante para algunos, pero para quienes buscan la auténtica magia del desierto, el bullicio puede resultar decepcionante. Estar rodeado de tanta gente y ruido no es lo mismo que sentirte solo bajo las estrellas o escuchar únicamente el sonido del viento sobre las dunas.

Medinas que pierden su esencia

Las medinas de ciudades como Marrakech o Fez son otro ejemplo de cómo el turismo masivo puede alterar un lugar. Aunque estos sitios todavía conservan su belleza, muchos de sus zocos y calles han cambiado para adaptarse a los visitantes. Los artesanos que antes trabajaban para la comunidad local ahora producen en masa para satisfacer las demandas del turismo.

En algunos rincones, las tradiciones han sido reemplazadas por «espectáculos» diseñados para atraer la atención de los turistas, perdiendo gran parte de su autenticidad. Esto no significa que estos lugares no valgan la pena, pero para quienes desean conocer la verdadera esencia de Marruecos, explorar fuera de estas rutas ofrece una experiencia mucho más enriquecedora.

Viajar fuera de las rutas turísticas no solo te aleja de las multitudes, sino que también te acerca a un Marruecos donde el tiempo parece haberse detenido. Lejos del ruido de los quads y los coches, el desierto se convierte en un lugar de paz. Dormir bajo un cielo lleno de estrellas en dunas menos conocidas como Erg Lihoudi o Erg Chigaga es una experiencia completamente distinta: el silencio te envuelve, y el único sonido que escucharás será el del viento moviendo la arena.

En las pequeñas aldeas y pueblos que no suelen aparecer en las guías turísticas, la vida sigue su curso como lo ha hecho durante siglos. Los mercados son auténticos, los artesanos trabajan para sus vecinos y las costumbres permanecen intactas. Al interactuar con estas comunidades, no solo eres un observador, sino un participante en su día a día.

En las rutas turísticas, muchas veces se pierde tiempo en largas colas, en encontrar un lugar donde aparcar o en caminar entre multitudes para poder ver algo. Incluso llegar a los destinos más populares puede ser complicado debido a la afluencia de vehículos y turistas.

Cuando viajas fuera de estas rutas, el tiempo se aprovecha al máximo. No hay colas, no hay aglomeraciones y cada parada tiene un propósito. Además, los trayectos están diseñados para que el camino en sí sea una experiencia, permitiéndote disfrutar de paisajes espectaculares y pequeños descubrimientos a lo largo del viaje.

Por ejemplo, en la ruta hacia el desierto, puedes hacer una parada en el Valle del Tassoute para disfrutar de un almuerzo con una familia local. Este tipo de experiencias no solo son imposibles en un itinerario turístico estándar, sino que también añaden un valor incalculable al viaje.

En los lugares más turísticos, muchas tradiciones han cambiado o desaparecido para adaptarse a las demandas del turismo masivo. Sin embargo, en las zonas menos exploradas, las costumbres permanecen vivas y auténticas.

Por ejemplo, en pequeños pueblos bereberes del Alto Atlas o en aldeas del Valle del Draa, la gente sigue viviendo de acuerdo con sus tradiciones. Los mercados locales no están diseñados para turistas, sino para la comunidad, y los productos que se venden son los mismos que han formado parte de su vida durante generaciones.

Al visitar estos lugares, no solo estás viendo una parte de Marruecos que pocos conocen, sino que también estás ayudando a preservar estas tradiciones al apoyar a las comunidades locales.

El desierto, lejos de las rutas turísticas, ofrece una experiencia completamente distinta. En lugar de luces y ruido, tendrás la oportunidad de experimentar el silencio absoluto. Podrás caminar por dunas donde no hay huellas, montar en camello sin otros grupos a la vista y sentarte junto a una hoguera en un campamento que parece completamente aislado del resto del mundo.

Estas vivencias te permiten conectar con la naturaleza y contigo mismo de una forma que simplemente no es posible en los destinos más concurridos.

Otra ventaja de viajar fuera de las rutas turísticas es la seguridad y comodidad que ofrece ir acompañado por guías expertos. Marruecos es un país increíblemente diverso, y muchas de sus rutas requieren un conocimiento profundo del terreno. Desde encontrar caminos poco señalizados hasta conocer los mejores horarios para evitar el calor extremo, un guía local marca la diferencia entre un viaje agotador y una experiencia perfecta.

Además, los guías de Atar Experience no solo te llevan a los lugares correctos, sino que también te cuentan la historia y las tradiciones que los hacen especiales.

Viajar fuera de las rutas turísticas también es una forma de practicar un turismo más responsable. Al visitar pequeñas aldeas y colaborar con artesanos y familias locales, estás contribuyendo directamente a su economía y ayudando a preservar su forma de vida. Esto crea un impacto positivo tanto para los viajeros como para las comunidades, asegurando que estas tradiciones puedan sobrevivir para las futuras generaciones.

Viajar por Marruecos fuera de las rutas turísticas no es solo una opción diferente, sino una oportunidad para conocer el país en su forma más auténtica. Lejos de las multitudes, el ruido y la comercialización, encontrarás un Marruecos que sigue fiel a sus raíces, donde cada lugar tiene una historia que contar y cada experiencia deja una huella en tu corazón.

En Atar Experience, diseñamos viajes que no solo te muestran Marruecos, sino que te conectan con su esencia. ¿Te atreves a descubrir lo que pocos han visto?