Marrakech en cuatro días: sueños entre zocos, jardines y desierto

Marrakech en cuatro días: sueños entre zocos, jardines y desierto

Marrakech en cuatro días: sueños entre zocos, jardines y desierto

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Marrakech es una ciudad grande, llena de vida, historia y contrastes. Se le podrían dedicar muchos días para explorarla a fondo, descubriendo todos sus rincones y secretos. Sin embargo, como la mayoría de los viajeros dispone de tres o cuatro días para visitarla, hemos preparado esta guía recomendando lo esencial para aprovechar al máximo ese tiempo. Por supuesto, hay muchas más cosas que hacer, y si tienes más días o quieres explorar algo diferente, siempre puedes añadir nuevas experiencias a tu viaje.

Una opción adicional muy recomendable es visitar el Museo Mohammed VI para la Civilización del Agua. Situado en la ruta hacia Casablanca, este museo moderno y espectacular ofrece una visión fascinante de la gestión del agua en Marruecos a lo largo de los siglos, con exposiciones interactivas y jardines. Es un lugar muy bonito, ideal para quienes quieran descubrir un Marrakech menos turístico y más cultural.

Desde el primer momento, Marrakech te envuelve con su energía vibrante. Comienza tu visita en Jemaa el-Fna, el corazón palpitante de la ciudad, donde los aromas, sonidos y colores se mezclan en un espectáculo incesante. Al recorrer la plaza, sentirás cómo se mezclan el bullicio de los músicos, los encantadores de serpientes y los puestos de zumo fresco. Aunque es un lugar perfecto para observar y vivir la esencia popular de Marrakech, no recomendamos comer en los puestos callejeros por cuestiones de higiene.

Muy cerca, como un faro de piedra suspendido entre el cielo y el polvo dorado, se alza la Koutoubia. Construida en el siglo XII bajo el esplendor de los almohades, esta mezquita no solo domina el paisaje: domina también la memoria de la ciudad. Su minarete de casi 70 metros, hermano de la Giralda de Sevilla y de la torre Hassan de Rabat, ha guiado a generaciones de viajeros y comerciantes a lo largo de los siglos.

Su nombre proviene de los kutubiyyin, los libreros que llenaban sus alrededores de manuscritos y sabiduría cuando Marrakech era uno de los grandes centros intelectuales del mundo islámico.

Pasear bajo su sombra, dejar que la brisa mueva las hojas de los naranjos en los jardines cercanos, y sentir cómo la llamada a la oración flota en el atardecer, será vuestro primer gran encuentro con el alma de Marrakech.
Aquí no solo veréis la ciudad. Aquí empezaréis a sentirla.

Desde la plaza, puedes adentrarte en el laberinto de los zocos. Caminando entre callejuelas llenas de lámparas, alfombras, especias y artesanía, descubrirás la esencia más auténtica del comercio tradicional marroquí. Cada rincón sorprende y despierta los sentidos: el olor a cuero curtido, el sonido de los martillos de los artesanos, la visión de colores infinitos. Si quieres ir más allá del circuito turístico habitual, te recomendamos tomar un taxi hacia el zoco de Bab Khemis.

Bab Khemis es un mercado popular, tradicional y poco turístico, donde encontrarás tiendas que venden tanto objetos nuevos como artículos de segunda mano, puertas antiguas, muebles, cerámica y productos curiosos que no verás en los zocos turísticos. Lo ideal es dedicarle varias horas, recorriéndolo con calma. Desde allí, puedes regresar paseando hacia el centro de la medina, perdiéndote entre callecitas auténticas que muestran un Marrakech más cotidiano y real.

En esta zona también es posible comer de manera informal en pequeños restaurantes locales donde, además de tajines, sirven platos más variados como pinchos, tortillas, estofados o pescado frito. Comer en estos sitios es una oportunidad para compartir mesa con los locales y saborear la cocina del día a día.

Después de la exploración, un respiro de paz lo encontrarás en la Madraza Ben Youssef, antigua escuela coránica. En su patio de mármol y zellij, rodeado de columnas y maderas talladas, sentirás el peso de siglos de historia y la serenidad que contrasta con el bullicio exterior. Es un lugar que invita a detenerse, a contemplar, a imaginar la vida de los estudiantes que aquí aprendían hace siglos.

Además de los monumentos principales, te recomendamos reservar algo de tiempo para visitar el Dar El Bacha – Museo de las Confluencias. Este majestuoso palacio, construido a principios del siglo XX, fue la residencia del influyente pasha de Marrakech. Su arquitectura es una maravilla: techos de madera tallada, suelos de mármol, fuentes y patios que reflejan la exquisita artesanía marroquí.

Hoy alberga exposiciones de arte y cultura de primer nivel, en un entorno que por sí solo merece la visita. Asímismo, dentro del palacio se encuentra uno de los cafés más bonitos de Marrakech, ideal para disfrutar de un excelente café rodeado de un ambiente refinado y tranquilo. Para visitar el museo, es recomendable comprar la entrada anticipadamente en su web oficial: https://museeconfluences.ma/.

Al caer la tarde, siéntate en una terraza con vistas a la plaza, como el Café de France, y disfruta de un té de menta mientras observas cómo Jemaa el-Fna se transforma bajo la luz tenue de los faroles.

Hoy te proponemos salir del bullicio de la medina para vivir una jornada de naturaleza, aventura y relajación en los alrededores de Marrakech.

Comienza el día explorando el Palmeral de Marrakech, una inmensa extensión de más de 100.000 palmeras que data de la época almorávide. Puedes llegar fácilmente en taxi o contratar directamente en tu riad una excursión organizada que incluya paseo en camello o en quad. Subirte a lomos de un camello y avanzar lentamente entre las palmeras, con el sol filtrándose entre las hojas y el sonido leve del viento, es una experiencia que conecta con el ritmo pausado de las antiguas caravanas. Si prefieres algo más dinámico y emocionante, recorrer el palmeral en quad es una opción fantástica: sentirás el polvo bajo las ruedas, la velocidad del aire en la cara y la emoción de cruzar caminos polvorientos mientras ves aldeas bereberes y campos de cultivo en el horizonte.

Normalmente las actividades incluyen el transporte desde y hacia tu alojamiento, así como un pequeño descanso en una jaima donde suelen ofrecerte té marroquí.

Tras la aventura, lo ideal es relajarte en un hammam tradicional. El calor húmedo del hammam, la exfoliación con jabón negro y el masaje corporal ayudan a eliminar tensiones y renovar cuerpo y mente. Estos rituales son parte esencial de la vida local. Muchos riads trabajan con hammams tradicionales de calidad y pueden recomendarte según tus preferencias.

Por la tarde, no puede faltar la visita al Jardín Majorelle, uno de los lugares más bellos y fotogénicos de Marrakech. Creado por el pintor Jacques Majorelle y luego salvado del abandono por Yves Saint Laurent, este jardín es una explosión de colores, fragancias y belleza. Caminando por sus senderos, rodeado de bambúes, palmeras y cactus gigantes, sentirás una calma profunda, un contraste absoluto con el bullicio de la medina. Es fundamental reservar tus entradas con antelación en su web oficial (https://www.jardinmajorelle.com/), ya que el acceso es limitado y suele agotarse rápidamente.

Para terminar el día, disfruta de un paseo en calesa. Encontrarás los carruajes esperando en las principales puertas de la medina, especialmente cerca de la Koutoubia. El paseo te llevará por las murallas iluminadas, los grandes bulevares y los barrios más elegantes como Gueliz y Hivernage. A ritmo pausado, envuelto en la brisa fresca del atardecer, vivirás una de las experiencias más románticas de Marrakech.

Este día está dedicado a descubrir la historia profunda de Marrakech. Comienza con la visita Hoy te proponemos sumergirte en la historia profunda de Marrakech, descubriendo algunos de sus monumentos más emblemáticos y caminando por lugares cargados de memoria.

Comienza el día visitando el Palacio de la Bahía, una joya arquitectónica del siglo XIX que refleja el esplendor y la sofisticación de la época. Sus patios sombreados, sus fuentes de mármol, sus techos de madera pintada y sus salones decorados con estucos detalladísimos narran historias de sultanes, visires y secretos de la corte. Un guía oficial enriquecerá la visita, revelándote detalles históricos y anécdotas que de otro modo pasarían desapercibidos. Sentirás la serenidad de los patios y la grandeza de una época pasada.

Desde el Palacio de la Bahía, puedes caminar unos 20 minutos a través de calles animadas hasta llegar a las Tumbas Saadíes. Aunque el espacio es pequeño y puede requerir algo de paciencia por la fila de entrada, su belleza compensa la espera. Los mausoleos, redescubiertos en 1917 después de estar siglos ocultos, conservan una decoración impresionante: mármoles italianos, mosaicos coloridos y tallas de cedro que reflejan el esplendor de la dinastía Saadí. Caminar entre estas tumbas, en un jardín silencioso, te conecta con la Marrakech imperial.

Muy cerca encontrarás la majestuosa Puerta de Bab Agnaou, una de las antiguas puertas principales de la ciudad, construida en piedra arenisca azulada. Esta puerta no solo es una maravilla arquitectónica, sino también un símbolo de entrada ceremonial a la ciudad real, y aparece en los primeros fotogramas de la película «Casablanca». Contemplarla es viajar en el tiempo, imaginando caravanas, comerciantes y soldados cruzándola hace siglos.

El recorrido por la medina no tiene que ser siempre directo: parte del encanto de Marrakech es perderse. Si después de visitar estos monumentos te adentras en las calles sin rumbo fijo, descubrirás plazas escondidas, pequeñas mezquitas, talleres de artesanos y patios interiores que se abren como joyas inesperadas. Cada callejón tiene su vida, su ritmo, sus sonidos: desde niños jugando hasta el eco lejano del llamado a la oración.

Finalmente, tras este viaje al pasado, puedes pasear hacia el moderno barrio de Gueliz, donde Marrakech muestra su cara más contemporánea. Disfruta del contraste: amplias avenidas, cafés de estilo europeo, boutiques de diseño y la impresionante estación de tren, que combina la arquitectura moderna con detalles tradicionales marroquíes. Será el cierre perfecto para un día lleno de historia, sorpresas y emociones.

Si dispones de un día más en Marrakech, te recomendamos dedicarlo a explorar los alrededores, donde el paisaje y las experiencias son completamente diferentes, y te permitirán comprender aún mejor la riqueza de Marruecos.

  • Valle del Ourika y Setti Fatma

A menos de una hora de Marrakech, el Valle del Ourika ofrece un paisaje verde y fresco, perfecto para escapar del calor de la ciudad. El camino sigue el curso del río, flanqueado por campos de cultivo, aldeas bereberes y montañas que se alzan imponentes.

A medida que asciendes, verás terrazas y restaurantes instalados literalmente dentro del río, donde los locales disfrutan de comidas refrescándose los pies en el agua. Aunque es pintoresco, en verano suele estar muy concurrido. Por eso, recomendamos almorzar en una casa familiar bereber, donde podrás disfrutar de platos caseros en un ambiente mucho más tranquilo y auténtico.

Para los más activos, la excursión puede incluir una caminata hasta las cascadas de Setti Fatma. El recorrido no es difícil, pero requiere buen calzado y algo de agilidad. Desde lo alto, las vistas del valle son impresionantes y la sensación de frescor es inigualable.

Además, el valle es un buen lugar para comprar artesanía local —alfombras, joyería de plata, cerámica— a precios más accesibles que en la medina de Marrakech.

  • Desierto de Agafay

A una distancia similar al Valle del Ourika, pero en dirección opuesta, el desierto de Agafay ofrece una experiencia muy diferente. Aunque no es un desierto de dunas como el Sahara, sus colinas áridas, pedregosas y onduladas crean un paisaje espectacular, especialmente al atardecer, cuando el sol tiñe todo de tonos dorados y cobrizos.

Aquí puedes disfrutar de paseos en camello, excursiones en quad o buggy, o simplemente relajarte en un campamento tradicional bereber. Muchos de estos campamentos ofrecen cenas bajo las estrellas, en jaimas decoradas con alfombras y faroles, donde el silencio del desierto y el cielo infinito crean una atmósfera mágica.

Tanto para Ourika como para Agafay, se tarda aproximadamente 45 minutos en llegar desde Marrakech. Ambas excursiones permiten descubrir una Marruecos diferente, más rural, más íntima, y son el complemento perfecto a tu estancia en la ciudad.

  • Vuelos en globo aerostático

Otra experiencia mágica para los más aventureros es sobrevolar Marrakech y el paisaje circundante en globo aerostático. Al amanecer, cuando el cielo empieza a teñirse de tonos dorados y anaranjados, vivirás uno de los momentos más emocionantes de tu viaje. Desde las alturas podrás contemplar la inmensidad del desierto, los pueblos bereberes, los campos cultivados y las cumbres lejanas del Atlas.

Te recomendamos leer todos los detalles y reservar con antelación consultando nuestro artículo completo sobre esta experiencia única aquí: https://www.atarexperience.com/vuelo-en-globo-en-marrakech/

La gastronomía marroquí es una explosión de sabores intensos, resultado de influencias bereberes, árabes, andalusíes y francesas. Platos como el cuscús, la tanjia, el tajín, la harira, la pastela o la deliciosa Rfisa (pollo con lentejas sobre pan tradicional troceado) forman parte de la identidad culinaria de la ciudad. Siempre acompañados de pan caliente y el omnipresente té verde con hierbabuena.

Marruecos también es productor de vinos y cervezas de excelente calidad, aunque sólo se sirven en restaurantes con licencia de alcohol. Además, en estos lugares, podrás pagar cómodamente con tarjeta de crédito.

Recomendaciones destacadas:

  • Al Fassia Gueliz (Gueliz) – Tel: +212 524 43 40 60 Restaurante emblemático gestionado exclusivamente por mujeres. Es ideal para degustar platos tradicionales como el cuscús de cordero o el tajín de pollo al limón confitado. El ambiente es elegante y acogedor. Reserva imprescindible.
  • Le Jardin (Medina) – Tel: +212 524 37 82 95 Un jardín secreto dentro de la medina, donde se puede disfrutar de platos marroquíes clásicos como el tajín de kefta o las ensaladas bereberes, en un entorno lleno de plantas y luces tenues. Perfecto para una cena íntima bajo las estrellas.
  • Nomad (Medina) – Tel: +212 524 38 16 09 Cocina marroquí contemporánea con toques creativos. Recomiendan sus brochetas de cordero, el carpaccio de remolacha y sus cócteles con vistas espectaculares de la medina. Ideal para almuerzo o cena informal.
  • Comptoir Darna (Hivernage) – Tel: +212 524 43 77 02 Restaurante que combina cocina internacional y marroquí con espectáculo de danza del vientre. Un clásico de la noche de Marrakech donde podrás probar un buen tajín o carnes a la brasa mientras disfrutas del ambiente festivo. Reservar es muy aconsejable.
  • Chez Ali (Palmeral) – Tel: +212 524 30 77 62 – Web: https://www.chezali.co.uk/ Cena tradicional en haimas con espectáculo ecuestre, música y danzas folclóricas. El menú suele incluir sopa harira, cordero asado, cuscús y dulces marroquíes. Incluye transporte ida y vuelta.
  • Portofino (Gueliz, junto a Jemaa el-Fna) – Tel: +212 524 44 62 96 Opción excelente si buscas una mezcla de cocina marroquí e italiana. Desde pastas y pizzas hasta tajines y brochetas de carne. Sirven alcohol y es perfecto para comidas o cenas relajadas.
  • Café La Poste (Gueliz) – Tel: +212 524 43 30 38 En un edificio colonial renovado, ofrece cocina francesa y marroquí. Ideal para desayunar, almorzar o cenar en un ambiente elegante y tranquilo.
  • Le Six (Gueliz) – Tel: +212 524 45 79 48 Restaurante moderno de ambiente desenfadado. Buena carta de cervezas y platos de cocina internacional y marroquí adaptados a un público joven y urbano.
  • Dino’s (Gueliz) – Tel: +212 524 43 29 05 Cafetería y heladería perfecta para familias. Ofrecen helados artesanales, pasteles, crepes y tartas. Ambiente familiar y relajado.

Además de los restaurantes ya mencionados, te proponemos otros cinco lugares que complementan perfectamente la oferta gastronómica de Marrakech:

  • Dar Yacout – Tel: +212 524 38 29 29 (Zona: Medina) Un restaurante turístico muy conocido, situado en una antigua casa palaciega. Sirven menús fijos de cocina marroquí tradicional en un ambiente muy teatral, con patios iluminados por velas, fuentes y músicos tradicionales. Ideal para una velada especial.
  • Le Tobsil – Tel: +212 524 44 15 23 (Zona: Medina) Otro clásico turístico, escondido en un rincón de la medina. Se accede tras una caminata guiada por callejuelas misteriosas. Menú cerrado que incluye harira, pastela, varios tajines y postres típicos. Perfecto para quienes buscan una experiencia gastronómica y sensorial completa.
  • Amal Center – Tel: +212 524 44 68 96 (Zona: Gueliz) Un proyecto social que forma a mujeres en riesgo de exclusión. Su restaurante ofrece cocina casera marroquí auténtica, como tajines, couscous y rfisa, en un ambiente sencillo y acogedor. Ideal para comer al mediodía.
  • Plus61 – Tel: +212 524 43 40 95 (Zona: Gueliz) Cocina moderna de inspiración australiana con ingredientes locales. Platos frescos, creativos y contemporáneos en un entorno luminoso y relajado. Perfecto si quieres variar del estilo tradicional.
  • Al Mazar Food Court – (Zona: Avenida Mohamed VI, junto al centro comercial Al Mazar) Si buscas algo rápido y variado, esta zona de restauración ofrece opciones de cocina marroquí e internacional. Es práctico para una comida informal si visitas la zona nueva de Marrakech o antes de una excursión.

Cuando el sol se pone en Marrakech, la ciudad no se apaga, sino que cambia de ritmo. Las noches aquí tienen una energía especial, una mezcla de misterio, alegría y sofisticación. La plaza Jemaa el-Fna se ilumina con cientos de luces, los músicos callejeros animan la medina y los aromas de los puestos de comida llenan el aire, aunque recomendamos cenar en los restaurantes que hemos sugerido para asegurar calidad y tranquilidad.

Para quienes buscan vivir la noche de una forma elegante, el Casino de Marrakech (ubicado en el Hotel Es Saadi, en Hivernage) ofrece mesas de póker, ruletas y un ambiente distinguido. Es perfecto para una velada tranquila y sofisticada.

Si prefieres música y fiesta, el Theatro Marrakech es uno de los clubes nocturnos más famosos de la ciudad. Situado en un antiguo teatro, combina espectáculos de luces, DJ internacionales y shows en vivo que convierten cada noche en un espectáculo.

Otra opción vibrante es el 555 Famous Club, también en Hivernage. Aquí la música no para hasta altas horas de la madrugada y es habitual encontrar eventos especiales con artistas invitados.

Para los que buscan un ambiente más íntimo y chic, Le Bar Churchill dentro del legendario hotel La Mamounia es ideal. Este bar de estilo art déco, con su ambiente relajado y música en vivo de piano, es perfecto para tomar un cóctel en un entorno elegante y lleno de historia.

También es muy agradable terminar la jornada con un paseo en calesa por las calles iluminadas de Marrakech. Desde las puertas de la medina hasta los jardines de Hivernage, sentirás la brisa nocturna mientras atraviesas avenidas y plazas que revelan una ciudad diferente, más pausada y encantadora.

Y si prefieres algo más sencillo, simplemente puedes sentarte en la terraza de tu riad, con un último té de menta en la mano, mientras escuchas el rumor lejano de la ciudad, dejando que la magia de Marrakech te envuelva una vez más.

  • Cambio de moneda: Es preferible cambiar dinero en casas de cambio autorizadas o bancos en Marrakech, donde suelen ofrecer mejores tasas que en el aeropuerto. Lleva algo de efectivo para pequeñas compras, pero evita llevar grandes cantidades encima.
  • Vestimenta: Aunque Marrakech es una ciudad turística, sigue siendo una ciudad tradicional. Se recomienda llevar ropa cómoda pero respetuosa: cubrir hombros y rodillas ayuda a integrarse mejor y evita miradas incómodas, especialmente en zonas no turísticas.
  • Regateo: En los zocos y mercados es habitual regatear. Hazlo siempre con amabilidad y humor, sabiendo que forma parte de la experiencia y que el primer precio que te den casi nunca es el final.
  • Agua: El agua del grifo en Marrakech está potabilizada y es segura para los locales, pero para mayor tranquilidad de los viajeros se recomienda beber siempre agua mineral embotellada.
  • Reservas: Para restaurantes conocidos, hammams y visitas como el Jardín Majorelle o Chez Ali, es muy importante reservar con antelación, especialmente en temporada alta.
  • Seguridad: Marrakech es una ciudad bastante segura para los viajeros, pero como en cualquier lugar turístico, conviene tener precaución en los mercados concurridos y no mostrar objetos de valor innecesariamente.
  • Taxis: Antes de subir a un taxi, acuerda el precio del trayecto o insiste en que enciendan el taxímetro. Los trayectos dentro de la ciudad suelen ser económicos.
  • Propinas: Dar propina es parte de la costumbre local. En restaurantes se suele dejar entre un 5% y un 10% si no está incluida en la cuenta. También se agradecen pequeñas propinas para guías, conductores y personal de servicio.
  • Guía oficial: Recomendamos contratar un guía oficial local, al menos para el primer día de visita. Además de contarte la historia y los secretos de Marrakech, te ayudará a orientarte en la ciudad, descubrir rincones escondidos y entender lugares como el Palacio de la Bahía de una forma mucho más profunda y enriquecedora.

Marrakech no es solo un destino que se visita; es un lugar que se siente y se vive. Cada callejón, cada plaza, cada gesto cotidiano tiene algo que contar. Esta ciudad, que en apariencia puede parecer caótica, esconde tras su bullicio una extraordinaria riqueza cultural, una calidez humana auténtica y una belleza que se revela poco a poco, como un secreto bien guardado.

En tres o cuatro días habrás probado sus sabores, caminado entre sus muros centenarios, sentido el perfume de sus especias, oído la música de sus calles y, quizás, hasta te habrás perdido para encontrarte de nuevo. Marrakech invita a perder la prisa, a abrir los sentidos y a dejarse sorprender.

Esperamos que esta guía te haya ayudado a planificar tu aventura y, sobre todo, que al final de tu viaje puedas decir que, más que visitar Marrakech, la has vivido.

Te deseamos un viaje lleno de momentos inolvidables. ¡Buen viaje!

¿Conoces algún lugar más? ¿Algo que te gustaría que incluyamos?

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2 respuestas a «Marrakech en cuatro días: sueños entre zocos, jardines y desierto»


  1. Existe quba almohade creo la única d su época semienterrada y poco conocida
    Los curtidores, aunque no celeberrimos como los fassies

    ATENCION a motocicletas en souks, sobre todo por detras
    En fin, Caminar sin buscar nada en concreto y descubrir…

    1. Hola:
      Muchas gracias por tu aportación y tienes razón ir a los curtidores es una bonita experiencia.
      La quaba no la conozco pero investigaré.
      Si que hay que tener cuidado con las motos.
      Un saludo

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